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Tus besos son un sorbo de agua fría
que bebo en medio de un desierto de cuerpo ardientes
humedecidos con sangre blanca.
Toco tu piel y en ella logro tocarme,
eres lo más próximo a mi yo más cercano y al más lejano.
Por ti podría dejar mil lágrimas en tu mar de necesidades
y abandonar en él mi cuerpo inerte y flotante,
para quien quiera nadar de nuevo en ti
no pierda como yo la vida.
Mañana buscarás entre mis manos un nuevo intento
y aunque es un hecho que en realidad me amaste,
cuando des el primer paso
fingirás sutilmente una sonrisa
y en mi ausencia sufrirás el dolor
que aborta el silencio.
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