NUESTRO AHORA

Existen palabras que nunca he usado contigo…
Debió pasar mucho tiempo para entender por qué…

Estuvimos tan distantes,
que llegar al sol hubiese sido más fácil…

Y al despedirnos, sin despedirnos,
no imaginamos que nuestros caminos
tendrían el mismo destino…

Se han consumido mil horas,
treinta segundos…
Tal vez más…
Tal vez menos…
¡No lo sé!

Pero míranos en nuestro aquí,
en nuestro ahora…
Como en un choque mitológico de constelaciones,
tomados de la mano,
tratando de cambiar este cielo nocturno…

Existen palabras que nunca he usado contigo…
Te miro a los ojos…
Siento que te quiero…
Luego enmudezco…
Y entiendo por qué…

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DESNUDO

Desnudo me encuentro bajo tu piel.
Me tomo cinco segundos.
Luego respiro.
Y ya sumergido en tu diluida sangre,
recorro todo tu cuerpo,
con la ingenua intención,
de encontrarme en él.

Llevo en mis manos
la otra mitad de los recuerdos que compartimos.
Aquella mitad que me pertenece.
Aquella mitad que complementa el rompecabezas de nuestras vidas.
Y que, sin tu mitad, nunca tendría razón de ser.

Pero vaya sorpresa, me he perdido,
entre un campo de flores y mariposas
que anida caliente bajo tu vientre…
…Y el motivo no soy yo.
…El motivo es él.

SOBRE MI CAMA

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Estoy sentado sobre mi cama,
mirando a mis pies descalzos
y buscando una ingenua excusa
para levantarme y caminar.

¿Ayer?
Ayer no dormí hasta tarde.
Cuando el reloj dio las dos,
cubrí mi cuerpo con la sábana blanca
que me regaló mamá.
Y en silencio repetía tu nombre,
para fingir durante dos segundos
que aquella noche, fue una de nuestras noches…
Cuando hablábamos por más de seis horas.
Luego yo me quedaba dormido
y tú me escuchabas roncar.

Te pienso todos los días.
¡Sí!
¡Debo aceptarlo!
Te pienso para reír.
Y también te pienso para llorar.

Y es que me es imposible olvidarte.
Olvidar, por ejemplo:
que junto a ti yo inventé un lenguaje nuevo.
Y junto a mí, tú aprendiste a cocinar.
Olvidar nuestro único viaje.
Tú mordiendo mis labios
y yo pidiendo que lo hagas despacio.

Los dos sonreímos…
Los dos amamos…
¿Los dos?
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FRENTE AL ESPEJO

QUIERO-ROBIN-MENDOZA
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Quiero humedecer tus sábanas blancas
con el sudor intenso de nuestros cuerpos.

Quiero poner tus manos acalambradas
de ganas sobre mi cara.

-Alimentarme de tu pecho,
frente al espejo-

Quiero destruir aquello que se ha permitido
y usar palabras obscenas, mientras dibujo
un corazón con mi lengua sobre tu ombligo.

Quiero que ellos nos odien.

Ser condenados…
Ser exiliados…
Ser aprehendidos…

Y que todo mundo nos juzgue,
por vivir aquello que nadie ha vivido.

Quiero, contigo quiero.
Todo…
Lo quiero…
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De vuelta al pasado…

LUZ.
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La ciudad parece detener sus luces.
Como en una fotografía, de vuelta al pasado,
ahora todo es distinto…

Vivo en un estado permanente de coma,
sentado al otro lado de la calle,
en un parque repleto de flores
que nadie visita.

La perspectiva desde aquí carece de luz y sonido.
Llorar no es suficiente -no existe calma-
y sonreír cuesta tanto
que a los pobres les han extirpado sus labios.

Mentir es ahora el único pan que sostiene al cuerpo.
Miro a mi izquierda y quienes todo lo prometieron
se fueron; creyendo que la necesidad
los hará resucitar, cuando los que poco tienen
se alimenten de sus hijos.
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Como lo que soy frente a ti

piano.
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Te veo tocar el piano mientras el reloj arrastra las doce.
Oscurece y mi necesidad de regresar a casa muere por primera vez.

Dejo caer mi humanidad para aceptar que aveces los planes pueden fallar.
Trato de no ir más allá de tu YO INTERIOR,
pero lamento que en este juego de dos hoy soy el perdedor.

Dime que puedes sentirlo como lo siento yo.
El peso es muy fuerte para cargarlo solo.
Ven y dame una mano mientras me alimento de ti.

Como si este fuese el último día de mis días,
mírame a los ojos y dime que sí.

Te has adueñado de cada lugar, ya no existe espacio infinito.
La luz de tus ojos iluminó mis habitaciones oscuras
y ha enceguecido la soledad que existía en mí.

Miro al cielo y decepcionado acepto que no existe nada más que ver.
El viento migró muy lejos, posees mis fuerzas terrenales, confundes mis necesidades
y haces de mí lo que yo planeaba hacer de ti.

Hay versiones de mí que aún desconozco.
Versiones humanas que me asustan, que me alejan y que hoy te pertenecen.
Versiones que alimentas de carne y sangre,
que tu resucitas y me tienen de rodilla frente a ti.
Como un niño frente a ti.
Como un torpe frente a ti.
Como humano frente a ti.
Como lo que soy frente a ti.
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¿Qué buscábamos? Nadie lo supo…

aquella-noche
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Aquella noche decidimos tomar el camino equivocado.
¿Qué buscábamos? Nadie lo supo…
Y aunque tú me viste primero, fui yo quien se lanzó a ti.
Como seguro de que la necesidad era más fuerte que tu miedos.

No, fue tu respuesta y con aquella respuesta pasaron los días…
Y con el paso de días una tarde llegamos a casa.
Nos tocamos y al segundo tu ropa cubría, en el suelo, nuestras sombras.

Luego nos besamos, nos besamos tanto, tanto, que nos faltaron labios.

Ya de regreso…
Quise hablarte, pero el silencio en tus ojos parecía decirlo todo…
El sol se ocultaba y mientras conducía a 80 kilómetros por hora
una canción gritaba que había sido escrita para nosotros.
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ES Más fácil así

TE-VI

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Te vi tomar el tren de regreso a Madrid,
a la media noche, un cinco de junio.
Yo sonriendo.
Tú en silencio.
Los dos negando este inicio del fin…

…Te vi tomar el tren de regreso a Madrid.

Sin promesas.
Ni juramentos.
Miserables,
como dos desconocidos,
que se cruzan en la calle
y al mirarse se gustan.
Luego se alejan porque es más fácil así.

-Te vi-

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Tus besos son

tus-besos-son

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Tus besos son un sorbo de agua fría
que bebo en medio de un desierto de cuerpo ardientes
humedecidos con sangre blanca.

Toco tu piel y en ella logro tocarme,
eres lo más próximo a mi yo más cercano y al más lejano.

Por ti podría dejar mil lágrimas en tu mar de necesidades
y abandonar en él mi cuerpo inerte y flotante,
para quien quiera nadar de nuevo en ti
no pierda como yo la vida.

Mañana buscarás entre mis manos un nuevo intento
y aunque es un hecho que en realidad me amaste,
cuando des el primer paso
fingirás sutilmente una sonrisa
y en mi ausencia sufrirás el dolor
que aborta el silencio.
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Mi vestimenta, mi sabiduría, mi YO libre.

tu-mi-yo-libre

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Toda una vida bajo la sombra de una estrella gris,
creciendo ajeno de amor, sediento de fe.
Sanando heridas con recuerdos
que nunca existieron.
Ilusionándome con caricias falsas…
Con miradas que esquivaban mi rostro,
mientras me besaban…
Con frases que sólo tenían sentido,
cuando era yo quien las escuchaba.

Toda una vida pensando en ti.
Para luego perderte,
para ser parte de un final ligado a la soledad.

¿Cómo reaccionar ahora?
Si el sentido de mis días
gira en torno a una paz
que no posee colores.

Tú, único motivo de razones ilógicas al mundo.

Tú, droga que nace de la luz,
del amor verdadero,
de la condena mundana.

Tú, mi vestimenta,
mi sabiduría,
mi YO libre.

Al cielo agradezco, pues,
las lluvias siempre se dieron al campo,
aun cuando el desierto que se consumía en mí,
adoptó el rojo para dar paso a la muerte, al fracaso.

Te fuiste,
y el camino que tomaste de regreso a casa
algún día buscará hallarme.

Porque el error fue la solución
que esperaba encontrar junto a ti.

¿Qué iluso?
¿Qué tonto?

Me encuentro contando los segundos para conciliar el sueño,
y ya en ellos, el monstruo que nació de esta inédita realidad
se adueña de mis deseos…
Esclavizando cada situación,
maquillando hasta el más infantil cuento.

Necesito que acaricien la sangre que hay en mí.
Necesito dejar de necesitar.

Necesito una palabra que pierda su sentido
y se desnude para inmortalizar la verdad.

Necesito de un café mientras suenan las campanas.
Necesito que el amarillo del día cobije mi cuerpo,
cuando al amanecer mientras hago el amor,
seas tú a quien beso.
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